BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

lunes, 30 de agosto de 2010

AMAteur

Si nos detenemos a pensar sobre el significado del deporte amateur, necesariamente nos viene a la mente una práctica no profesional o “hecha por amor al arte”. Muchas veces el carácter no profesional de un deporte le quita seriedad a dicha práctica, cuando a mi entender es todo lo contrario. Creo que esas dos características de los deportes amateurs -no profesional y por amor al arte- son centrales y para nada pueden verse como negativas. El hecho de, por ejemplo, jugar a un deporte no profesionalmente implica no recibir un sueldo por ello, cuando esto se realiza en la juventud o más adelante, en la mayoría de los casos la persona debe realizar una actividad en paralelo que le permita sustentarse.
Es decir que no practica el deporte por dinero. Esto no significa que no reciba una retribución pero la misma no es económica sino de otras índoles. Sin dudas que quienes jugamos al fútbol de forma amateur lo hacemos porque recibimos una retribución, como toda tarea que hacemos con gusto. Pero aquí el término retribución lo uso en el sentido más amplio que pueda tener. Así por ejemplo, la retribución puede venir en la satisfacción de jugar, de compartir una actividad con las personas que conforman el equipo, por competir, entre otras tantas cosas.
Claro que si todas son buenas, no hay por qué pensar tanto en por qué hay tanta gente que practica deportes de forma amateur. Lo que ocurre es que en general, los deportistas amateurs no la tienen tan fácil. En el caso del fútbol femenino, el campeonato que se juega habita en una Organización de fútbol profesional lo cual representa, a diferencia de lo que pueda pensarse a simple vista, la mayor debilidad.
En este sentido, el campeonato de fútbol femenino se rige por un reglamento propio y por el reglamento del fútbol masculino profesional. Evidentemente esto genera una serie de incoherencias que repercuten en las condiciones en cómo se desarrolla el campeonato.
A su vez, al estar inscripto en la AUF, el campeonato de fútbol femenino sólo puede ser jugado por clubes afiliados a la misma, lo cual parece sumamente razonable. Lo que no lo es tanto, es que el apoyo de dichos clubes a los equipos femeninos que los representa en casi todos los casos es solamente nominal. Es decir, los clubes no dan su cancha para jugar y mucho menos para entrenar, lo cual genera que los equipos entrenen en canchas de baby fútbol o en un lugar con pasto – en el mejor de los casos- en medio de un parque o avenida.
Tampoco brindan en la mayoría de los casos indumentaria para jugar ni mucho menos elementos básicos para entrenar como pelotas, conos o chalecos; así que los equipos salen a buscar sponsors. Evidentemente, conseguir sponsor, es decir, pedir a una empresa que done dinero a un equipo que desarrolla un deporte cuyos resultados no salen en el diario, cuyos goles no se ven en la tele, que casi no tienen lugar en la internet y al cual acuden a los partidos 20 personas en promedio, es poco negocio para la empresa. Por lo tanto, conseguir un sponsor es una tarea muy complicada que muchas veces resulta un fracaso. Como resultado de lo anterior, las jugadoras deben sustentar la práctica del deporte, en su totalidad o casi en su totalidad si logran organizar una rifa o similar.
Alguien estará pensando, “ah de qué se quejan, si esta es la realidad muchos clubes de la Liga Universitaria de Fútbol Masculino”. Lo mismo digo yo, y entonces, ¿por qué si tenemos una realidad similar a equipos de la Liga jugamos en la órbita de la AUF? ¿Qué beneficio tenemos? Una respuesta rápida sería decir, “la posibilidad de representar a Uruguay a través de la selección”. Pero lamentablemente la selección tampoco recibe el apoyo de la AUF para competir, para no ahondar en el asunto, sólo me referiré a la situación actual: en noviembre se desarrollará el sudamericano, y a fines de agosto, es decir, 2 meses antes de la competencia, no se ha conformado un cuerpo técnico de la selección y por lo tanto la misma aún no comenzó a prepararse para disputar la competencia. Si a esto le sumamos que el campeonato 2010 aún no comenzó la situación es aún más desalentadora; sí, han pasado 8 meses del año, es decir las 2/3 partes y aún no hay actividad para las jugadoras.
Yo estoy convencida de que perdemos más de lo que ganamos con la estructura actual del fútbol femenino. Perdemos en términos monetarios, porque el dinero que pasa la FIFA cada año no se ve por ningún lado, ni para la selección que se supone la destinataria de ese dinero. Y también perdemos porque las jugadoras seguimos siendo discriminadas por los clubes porque estos entienden que no tenemos ningún valor ni nunca lo tendremos. Los dirigentes de los clubes piensan, por ejemplo, que los juveniles algún día van a ser grandes – o ni tanto- y los podrán vender pero nosotras que no servimos ni para recaudar dinero por la disputa de un partido menos podemos ser una mercancía. Claro esta forma de discriminación es invisible; no nos niegan jugar. No hay ningún decreto que nos impida jugar al fútbol, pero hay de hecho una infinidad de restricciones que nos imponen por el sólo hecho de ser mujeres entrometidas en un mundo de hombres.
Y hoy en día que está tan de moda hablar de género, “hacer” políticas de género, escribir con el/la, @ y todas esas superficialidades que sirven para combatir nuestro lenguaje también discriminatorio -y que a muchos irrita- seguimos siendo discriminadas las mujeres deportistas -no sólo futbolistas- de todas las edades.
También estoy convencida que nosotras, las deportistas y, en especial las futbolistas, tenemos mucha responsabilidad en no derribar las barreras que nos imponen. Y el motivo de que esto suceda sin dudas debe ser multicausal pero un motivo relevante, yo creo ha de ser la falta de “conciencia de clase”. Por eso, es hora de empezar a tomar conciencia para hacer del fútbol femenino uruguayo el deporte que merecemos.

FUENTE: http://goleadoras.info/

0 comentarios: